
“Por favor, ¿me puedes decir qué camino debo tomar desde aquí?, preguntó Alicia.
Eso depende en gran parte de a dónde quieras ir”, dijo el gato.
“No me importa mucho a dónde, en realidad…”
“En ese caso, no importa mucho cuál sea el camino que tomes”, dijo el gato.
Alicia en el país de las Maravillas, Lewis Carroll

Antes de decidir qué camino querés tomar, primero tenés que saber hacia dónde vas a ir.
Y ese norte sólo puede estar definido por lo que los niños y las familias necesitan hoy en día.
De eso se trata el marketing educativo.
De conocer lo que la sociedad actual está demandando,
para desarrollar luego propuestas educativas que se adapten a ellas.
Una vez que sabés hacia dónde tenés que ir,
el siguiente paso es escoger qué camino vas a tomar.
Si disponés de un mapa desactualizado, o peor aún carecés de uno,
lo más probable es que no logres alcanzar tu meta.
Existen muchos modelos educativos de los cuales podés inspirarte para trazar tu propia ruta,
sin limitarte a seguir exactamente el mismo sendero que éstos transitaron años atrás.

Desarrollo del PEI, diseño de ambientes, materiales y recursos, diseño curricular, organización y gestión de espacios educativos.

Sabés bien lo que necesitan los niños, y contás con un proyecto innovador, pero...
¿no estas obteniendo matriculaciones?
Es porque aún no lográs exponer claramente tu propuesta educativa,
ni disponés de una estrategia comunicacional adecuada, para que ésta llegue a tu comunidad.
Te propongo entonces que quitemos las piedras del camino y...
Branding, estrategias y tácticas promocionales, marketing digital (diseño web y redes sociales), y eventos.
¿Querés cambiar la educación?
“La mejor forma de empezar es dejar de hablar y empezar a hacerlo”, Walt Disney