.png)
La magnificencia de basílica de la Sagrada Familia y el Park Güell son reconocidos a nivel mundial, y miles de personas viajan a menudo a Barcelona para admirar su belleza arquitectónica.
Sin embargo, en el mismo recinto se alza un edificio que pasa totalmente desapercibido: Las "escoles de la Sagrada Familia".
Estas escuelas fueron construidas para los hijos de los trabajadores de la obra, algo similar a lo que ocurrió con Steiner y su modelo escolar desarrollado para los niños de los empleados de la fábrica Waldorf-Astoria.
Como todo lo que Antonio Gaudí creó, el estilo edilicio de esta escuela también fue único, inspirado en las formas de la naturaleza. Pero no sólo su arquitectura fue disruptiva, sino también su método educativo.
El principio pedagógico que se utilizó fue el de Andrés Manjón, basado en la práctica e inspirado en la corriente constructivista de Locke y Herbart, que en esa época venía promoviéndose en Italia por la Dra. María Montessori.
El niño es "un ser activo con destino propio que nadie más que él tiene que cumplir, y con facultades propias que ningún otro puede permutar", sostenía Manjón. "Al educador toca tomarle tal cual es, para perfeccionarle y ayudarle; pero de modo alguno puede reemplazarle y ocupar su puesto".
La sencillez de estas escuelas fue un punto característico. No sólo porque su costo de construcción tenía que ser mínimo, sino también porque demostraba que lo importante no era la estructura y su decoración sino el debido acompañamiento infantil.
Lamentablemente este hermoso proyecto educativo estuvo rodeado por una trágica historia. Las escuelas fueron destruidas durante la Guerra Civil y, aunque se las reconstruyó piedra por piedra siguiendo los diseños de Gaudí, dejaron de funcionara finales de los 80. No obstante todavía pueden verse si van a Barcelona a visitar la Sagrada Familia.
Otra experiencia más que hay que visibilizar para que no pase desapercibida...
Para descubrir más proyectos educativos transformadores,
seguinos en Instagram haciendo click en la foto:
